El origen de Santa Fe se remonta a la época de la conquista, cuando Vasco de Quiroga fundó, junto con 120 jefes de familia nahuas y otomíes, un hospital en los suburbios de la capital mexicana, al que dio el nombre de Santa Fe de los Naturales.
Durante décadas, se extrajo arena, pero nunca de acuerdo con un programa de explotación ordenado que permitiera mantener la estabilidad tanto del terreno como de la ecología del lugar.
La zona de desarrollo controlado de Santa Fe abarca una extensión de 850 hectáreas, ubicadas en el norponiente de la Ciudad de México, entre los límites de las alcaldías Álvaro Obregón y Cuajimalpa.
De las 850 hectáreas que conforman la ZEDEC Santa Fe, 200 se destinan a conjuntos habitacionales. En toda esta zona, por ningún motivo, se permite la instalación de industria.
Además, en la ZEDEC Santa Fe se encuentran instalaciones esenciales para el buen funcionamiento del desarrollo, como la central telefónica, la planta de tratamiento de aguas negras, las centrales de energía eléctrica y el vaso regulador, así como 215 hectáreas reservadas como zona ecológica.
Calakmul®, Arte como
Arquitectura.
Sus múltiples accesos brindan comodidad
permanente a los usuarios y visitantes.
Calakmul® es el punto central que conecta las circulaciones del área y se convierte en la desembocadura del centro comercial, del centro de la ciudad y de la zona residencial. Además, es el paso obligado hacia los corporativos, destacándose por su arquitectura única.
Calakmul® —nombre maya que significa Ciudad de los Montículos Adyacentes— toma inspiración de la antigua ciudad maya en Campeche. Su arquitectura rinde homenaje a símbolos ancestrales como el Hunab-Ku, figura cúbica con un círculo central usada en cálculos astronómicos, y la pirámide Balam-Ku, ofrenda al dios Jaguar.
El edificio gira en torno a una gran plaza, presidida por un obelisco que representa al Ya'axché, árbol sagrado que conecta el inframundo con el cielo. En los niveles subterráneos se encuentra Bolom-Ti-Ku, evocando los dioses del inframundo, y un túnel sagrado llamado Balakbal, que une la acrópolis con lo oculto.
El jardín está diseñado como un calendario maya viviente, con 20 ahuehuetes y 13 montículos, en armonía con la cosmovisión ancestral.