La mente del ser humano está programada para aprender de los errores y avanzar hacia un futuro más seguro. Recientemente y con mucha frecuencia, nuestra atención está dirigida también hacia la recuperación de todo lo que produjo la pandemia de 2020. Es de esta forma que avanzamos en la adaptación, recordamos la fragilidad de esa recuperación y podemos reconocer la incertidumbre con la que se presenta la realidad actual y futura.
Durante las primeras semanas vivíamos con la incertidumbre e inseguridad de qué protocolos eran los adecuados para resguardarnos y evitar el contagio. Desde preguntas relacionadas a quiénes son los que deben usar cubrebocas o si realmente convivir en espacios abiertos traía consigo una prevención mayor de contagios, hasta dudar sobre la verdadera necesidad de una sana distancia.
Sin embargo, podemos notar que con el paso del tiempo hemos normalizado lo que al inicio fueron titubeantes recomendaciones de parte de nuestros líderes.
Recordamos también que en aquellos momentos, por la mente de muchos; surgían posibles escenarios sobre un regreso a nuestras actividades presenciales, mientras que los servicios audiovisuales en línea se multiplicaban exponencialmente y creaban en nosotros un sentimiento de desgaste.
Igual que en el resto de muchos países en el mundo, los protocolos para salvaguardarse del Covid-19 se implementaron cada vez más en México; con especial atención en oficinas y centros de trabajo. Esto, con el propósito de dar confianza al usuario de que las instalaciones en las que se encuentra son seguras para el desarrollo de sus labores.
Vivir en incertidumbre, es una de las situaciones más agobiantes por las que un ser humano puede pasar. La única forma confiable de continuar con nuestras labores es mejorar los protocolos de seguridad e higiene. Considerar y seguir la guía de protocolos optimizados, permitirá a nuestra mente comprobar sus buenos resultados y por ende, liberar el pensamiento hacia nuestros propios y valiosos objetivos.
Acciones como: el uso correcto del cubrebocas, lavado de manos constante, cubrirse con el antebrazo antes de toser o estornudar, mantener sana distancia, mantenerse alerta a síntomas que puedan salir a luz, toma constante de temperatura, convivencia en espacios abiertos o ventilados, son algunas medidas que nos ayudarán a avanzar con mayor confianza y seguridad. Haz de aquellas acciones parte de tu cultura laboral y personal. Elige y prefiere los lugares y entornos en donde existan y se siga esta cultura de limpieza y orden. Tu mente y cuerpo lo agradecerán.